Flow… Fluir en el curso de la vida
De las cosas lindas que tienen las actividades sin agenda es que te llenan de alegría e incluso te son útiles de diferentes maneras. Una de esas sorpresas que se pueden encontrar en este inicio de año la brinda el séptimo arte (bien sea por pantallas de streamingo en la sala de cine tradicional), por ello comparto algunos detalles de una película que me ha sorprendido gratamente en lo personal particularmente.
Inspirada en una gata real de nombre Josephine, Flow es sin lugar a dudas la película animada independiente del año. Dirigida por el letón Gints Zilbalodis, la película sin diálogos humanos de por medio y con una historia emocionante y emotiva ambientada en un mundo post-apocalíptico inundado en el que brilla la ausencia los seres humanos, se presenta como una joya que hay que ver y conservar en la memoria.
Partiendo de la convicción de que los gatos le temen al agua y debe necesariamente el protagonista sobreponerse a ello centrando en esta emoción la metáfora de los miedos internos, transcurre en un recorrido donde no se encuentran villanos ni antagonistas, durante el cual los animales conforman un equipo o manada, capaz de adaptarse y confiar. Compuesto no gratuitamente por una selección de animales que comparten características que apalancan el carácter de la historia: a parte del gato eminentemente resiliente, un chigüire o capibara que tiene una alta capacidad para convivir con otros (incluso depredadores); el perro que plantea una evolución en toda la película refleja la importancia del trabajo en equipo, a la par que resalta la importancia del pensamiento independiente; el lémur con su manejo del apego nos refleja la lucha por establecer sus propios límites y encontrar su espacio personal; en tanto que el ave equilibra desde el liderazgo las expectativas de los demás con su propio destino.
Siendo que la IA marca la tendencia de adecuación para la realización de casi cualquier proyecto, se apostó por técnicas artesanales de animación 3D minimalista, realizada enteramente a mano y registrada por cámaras de animatic destacando elementos de la cultura de Letonia, sustentándose en un software gratuito de creación digital. Técnicamente es impecable en detalles como la utilización de sonidos reales de las especies retratadas en la cinta, haciendo que la banda sonora, la perspectiva subjetiva del protagonista (el gato) y la expresión facial lograda en cada ser generen una experiencia absolutamente inmersiva, sin estridencias ni sobre estimulaciones de ninguna especie pero que favorece la creatividad y la imaginación durante al menos sus 90 minutos.
Capaz de despertar fuertes emociones y sentimientos, combina el realismo con la abstracción de una manera única. Adentrándose en temas universales con lecciones que giran en torno al cambio, la aceptación, la confianza, la colaboración, la resilencia y el desapego. Aprendiendo de seres en riesgo que se valen de sus instintos y sus conocimientos para sobrevivir a cada instante. Hoy cuando la sociedad demanda que la colaboración y la empatía resulten esenciales Flow resuena con el hecho de que es posible enfrentar las propias tormentas, viendo el mundo con ojos de asombro y compromiso dejándose llevar sin imponerse al mundo; así como que el camino hacia la calma fluye desde la confianza en nosotros mismos y en la sociedad. Después de todo sobrevivir a la convivencia puede ser mucho más difícil que al escenario apocalíptico de la propia inundación.